Conducir bajo los efectos del alcohol o las drogas es una práctica que pone en riesgo no solo la vida del conductor, sino también la de pasajeros, peatones y otros usuarios de la vía. En México, esta problemática ha alcanzado niveles alarmantes, convirtiéndose en una de las principales causas de accidentes fatales en el país.
Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), aproximadamente el 70% de los accidentes de tránsito en México están relacionados con el consumo de alcohol.
Esta estadística revela la magnitud del problema y la urgencia de tomar medidas preventivas.
Además, la Comisión Nacional contra las Adicciones (Conadic) señala que los accidentes automovilísticos asociados al consumo de alcohol son la primera causa de fallecimiento en personas de 20 a 39 años.
Este dato es especialmente preocupante, ya que afecta a una población en plena etapa productiva y con un futuro por delante.
Consecuencias de conducir bajo influjo
El consumo de alcohol y drogas disminuye la capacidad de reacción, afecta la coordinación motora y distorsiona la percepción, incrementando significativamente el riesgo de sufrir o provocar un accidente. Las consecuencias pueden ser fatales, dejando secuelas físicas, emocionales y económicas en las víctimas y sus familias.
Es fundamental fomentar una cultura de responsabilidad al volante. Algunas recomendaciones incluyen:
Promueve entre tus amigos y familiares la importancia de no mezclar alcohol o drogas con la conducción.
Conducir bajo influjo es un camino al abismo que podemos y debemos evitar. La seguridad vial es responsabilidad de todos. Tomemos decisiones conscientes y responsables para proteger nuestra vida y la de quienes nos rodean.
Fuentes: El Universal / Gobierno de México / Comisión Nacional contra las Adicciones / OpenAi